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¿Por qué es poco probable que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra en 2032?

En esta imagen del 18 de mayo de 1969 difundida por la NASA se ve la Tierra desde el espacio
En esta imagen del 18 de mayo de 1969 difundida por la NASA se ve la Tierra desde el espacio en una fotografía desde la nave espacial Apollo 10 durante su trayecto hacia la luna.
(NASA vía AP)

La amenaza que plantea un asteroide descubierto recientemente ha aumentado ligeramente en las últimas semanas, mientras los telescopios en todo el mundo se apresuran a rastrear su trayectoria. Sin embargo, la posibilidad de un impacto sigue siendo bastante baja.

Nuevos cálculos dejan entrever que existe una probabilidad del 2% de que la roca espacial 2024 YR4 choque contra la Tierra en 2032. Esto también significa que hay un 98% de probabilidades de que no lo haga.

Las probabilidades de un impacto sin duda fluctuarán a medida que se tenga un mejor entendimiento de su trayectoria alrededor del sol, y los astrónomos afirmaron que hay una buena posibilidad de que el riesgo probablemente disminuya a cero.

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La NASA y el Telescopio Espacial Webb de la Agencia Espacial Europea (ESA por sus iniciales en inglés) observarán este asteroide en marzo antes de que el objeto desaparezca de la vista. Una vez que eso suceda, los científicos tendrán que esperar hasta 2028, cuando se acerque nuevamente.

¿Qué es un asteroide?
Los asteroides son rocas espaciales que orbitan alrededor del sol y son mucho más pequeñas que los planetas. Los científicos creen que son los restos de la formación del sistema solar hace 4.600 millones de años.

Hay tantos asteroides —millones de ellos— que orbitan entre Marte y Júpiter, que esta región se conoce como el cinturón de asteroides. En ocasiones salen del cinturón y pueden terminar en cualquier lugar del espacio, como sucedió con este.

¿Cómo rastrean los científicos los asteroides potencialmente peligrosos?
Un telescopio en Chile descubrió el asteroide 2024 YR4 en diciembre pasado. Se calcula que tiene entre 40 y 90 metros de ancho (130 a 300 pies). Las observaciones del telescopio Webb deberán proporcionar una medición más precisa, según la NASA.

La NASA y la Agencia Espacial Europea calcularon en un principio que las probabilidades de un impacto eran apenas superiores al 1%. Para el jueves, las probabilidades aumentaron a aproximadamente el 2%. Según la NASA, esto sigue siendo “extremadamente bajo”.

Hasta que los científicos tengan una mejor comprensión de la trayectoria del asteroide alrededor del sol, advierten que las probabilidades seguirán fluctuando —y posiblemente caerán a cero.

“No hay nada de qué preocuparse. Es una curiosidad”, dijo Larry Denneau, ingeniero de software del sistema de alerta de impacto de asteroides de la Universidad de Hawai que fue el primero en detectar el asteroide. “No hay que entrar en pánico. Hay que dejar que el proceso se desarrolle y tendremos una respuesta segura”.

En 2021, la NASA descartó cualquier riesgo sobre otro asteroide potencialmente preocupante, Apophis, después de que nuevas observaciones telescópicas eliminaron cualquier posibilidad de un impacto contra la Tierra en 2068.

¿Deberíamos preocuparnos por el asteroide 2024 YR4?
Es demasiado pronto para angustiarse por este asteroide, aseguran los expertos.

“Nadie debería estar preocupado de que la probabilidad de impacto vaya en aumento. Este es el comportamiento que nuestro equipo anticipaba”, dijo Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, en un correo electrónico. “Para ser claros, anticipamos que la probabilidad de impacto caiga a cero en algún momento”.

Debido a que el tamaño y la órbita del asteroide son inciertos, no está claro dónde podría impactar y cuáles serían los posibles efectos si chocara contra la Tierra. Si el asteroide se encuentra en el límite inferior de su tamaño, según los cálculos, la ESA dijo que cualquier impacto potencial sería local, similar al evento de Tunguska que arrasó miles de kilómetros cuadrados de bosque en Siberia en 1908. Pero si se acerca a los 100 metros (330 pies), “las consecuencias serían significativamente peores”.

Chodas dijo que una vez que el Webb determine el tamaño del asteroide, la NASA podrá predecir “qué tan grave podría ser un impacto de este asteroide y qué tan difícil podría ser desviarlo”.

La NASA tiene algo de experiencia en desviar asteroides. La nave espacial Dart de la agencia espacial embistió deliberadamente un asteroide inofensivo en 2022, en lo que fue la primera prueba de defensa planetaria de este tipo, alterando su órbita alrededor de un asteroide más grande.

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